El Gobierno da un paso hacia la apertura comercial, mientras la industria local sigue enfrentando dificultades
El ARCA (Agencia de Recaudación y Control Aduanero) elimina el pago anticipado del 95% del Impuesto PAÍS para las importaciones, lo que reducirá los costos de ingreso de productos del exterior.
El ARCA elimina el pago anticipado del 95% del Impuesto PAÍS para las importaciones, lo que reducirá los costos de ingreso de productos del exterior. Mientras tanto, la Secretaría de Comercio simplifica los trámites para la importación de electrodomésticos con el objetivo de promover la competencia, pero la industria nacional sigue presionada por una creciente recesión.
En un nuevo giro en la política económica, el Gobierno nacional avanza con medidas orientadas a la apertura comercial mientras la industria local continúa enfrentando una situación compleja. La Administración Federal de Ingresos Públicos (ARCA) anunció que este martes se eliminará el pago anticipado del 95% del Impuesto PAÍS para las importaciones, una medida que promete reducir significativamente los costos de importación de productos extranjeros.
La resolución, que será publicada en el Boletín Oficial, entrará en vigencia este martes a las 00:00 horas. Con esta medida, se eliminará la obligación de realizar el pago a cuenta de este impuesto, lo que permitirá a los importadores beneficiarse de menores costos al ingresar productos al país. El Impuesto PAÍS, sin embargo, se mantendrá vigente hasta el 22 de diciembre de 2024, aunque su impacto se verá atenuado debido a que los plazos de pago del Mercado Único y Libre de Cambios se extienden por 30 días. Por esta razón, las retenciones aduaneras ya no serán aplicables a los importadores, ya que no se efectuará el pago cuando se venza el plazo de validez del impuesto.
A pesar de la buena intención del Gobierno de incentivar la competencia a través de la apertura de importaciones, las consecuencias sobre la producción local siguen siendo inciertas. La medida también busca aliviar a los consumidores al permitir una mayor oferta de productos importados. Sin embargo, el impacto sobre la industria nacional sigue siendo preocupante. Desde principios de año, el Ejecutivo ha tomado medidas similares en el mercado de alimentos y artículos de primera necesidad, pero los resultados no fueron los esperados. En lugar de disminuir los precios, estas iniciativas terminaron dificultando aún más la producción local debido a la falta de incentivos y la creciente presión inflacionaria.
De forma paralela, la Secretaría de Comercio anunció una simplificación en los trámites para la comercialización de electrodomésticos, como aires acondicionados, heladeras, lavarropas, televisores, microondas, entre otros. Hasta el momento, los fabricantes e importadores debían someter sus productos a rigurosos ensayos en el país para medir su eficiencia energética, un proceso que involucraba auditorías anuales, incluso para fábricas en el exterior. A partir de este martes, una nueva resolución modificará las exigencias técnicas. Ahora, los importadores ya no necesitarán obtener una autorización previa de la Secretaría de Industria y Comercio ni una verificación de la Aduana antes de comercializar los productos.
Esta medida, según el Gobierno, tiene como fin reducir la burocracia que enfrenta las más de 150 empresas del sector, promoviendo una mayor oferta de productos y, a su vez, generando una competencia que podría contribuir a la reducción de precios. El Gobierno considera que la simplificación de estos trámites facilitará el acceso de productos extranjeros al mercado local, en un contexto de creciente recesión y de un consumo interno que continúa en mínimos históricos.
No obstante, la experiencia reciente con la liberalización de otros productos muestra que la competencia externa no siempre tiene el efecto deseado sobre los precios. Si bien la intención es fomentar un ambiente comercial más competitivo, la situación actual de la economía argentina, marcada por una inflación descontrolada y la baja capacidad de compra de los consumidores, está dificultando que las medidas logren los resultados esperados.
En resumen, mientras el Gobierno promueve un modelo de apertura comercial con el objetivo de reducir costos y fomentar la competencia, la industria nacional sigue enfrentando desafíos significativos. Las reformas anunciadas, aunque pueden tener un impacto positivo en el corto plazo para el consumidor, podrían agravar la situación de las empresas locales que ya se encuentran en una lucha constante contra la inflación y la recesión.