La movilización del 25N bajo el lema de lucha contra el desmantelamiento de las políticas de género y la denuncia de un “gobierno misógino”
El primer 25N del gobierno de Javier Milei estuvo marcado por una masiva protesta en Plaza de Mayo que denunció el desmantelamiento de las políticas de género y la violencia estructural.
El primer 25N del gobierno de Javier Milei estuvo marcado por una masiva protesta en Plaza de Mayo que denunció el desmantelamiento de las políticas de género y la violencia estructural contra las mujeres, en un contexto de fuerte rechazo a las decisiones del gobierno en el ámbito de derechos humanos y justicia social.
En el primer 25 de noviembre de la presidencia de Javier Milei, una masiva movilización recorrió las calles de la ciudad de Buenos Aires para denunciar las políticas del nuevo gobierno, que, según las voces feministas, están “desmantelando” los avances en materia de género. y derechos de las mujeres. La movilización, que culminó en Plaza de Mayo, se dio en el marco del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres y se convirtió en un contundente acto de resistencia a las políticas del presidente y su gabinete.
Con una marcha que comenzó a las 17.30 en la intersección de la Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo, la columna encabezada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto arribó al corazón de la plaza, donde se leyó un contundente documento que condenó las medidas implementadas por el gobierno. “El plan de Milei es incompatible con todas nuestras necesidades”, expresaron las organizadoras, al tiempo que denunciaron el “permanente desfinanciamiento” de las áreas de género, acusando al gobierno de reducir a cero las políticas de protección y promoción de derechos para las mujeres y diversidades.
Uno de los principales puntos de la protesta fue el desmantelamiento de organismos clave como el ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el INADI, la línea 144, y el Plan Acompañar. Los manifestantes expresaron que la administración de Milei ha elegido al movimiento feminista como uno de sus principales enemigos. Julia Zalazar, una de las participantes de la marcha, lo explicó claramente: “Están destruyendo todo, especialmente lo relacionado con las políticas de género. Sabemos que lo que nos afecta a las mujeres y diversidades impacta el doble”.
Zalazar, que llegó desde el barrio de Flores, comentó que su vida diaria se complica cada vez más a medida que el costo de vida se incrementa y, a pesar de las promesas oficiales, la inflación sigue siendo una carga insoportable. “El gobierno no tiene en cuenta que las mujeres somos las que sostenemos todo, mientras ellos parecen ignorar nuestras realidades”.
En medio de la movilización, se realizaron actividades de arte público, como las pinturas en homenaje a Nora Cortiñas, una de las figuras más representativas del movimiento de derechos humanos. Mientras tanto, desde el escenario, se repudió el reciente voto del gobierno en la ONU, en el cual se abstuvo de apoyar una moción contra la violencia de género, además de rechazar intentos de censura a libros como Cometierra , de Dolores Reyes, y el avance sobre la Educación Sexual Integral.
El documento leído en Plaza de Mayo también hizo referencia a las políticas restrictivas en relación con el acceso a anticonceptivos y al misoprostol para garantizar el aborto, alertando que obstaculizar el aborto es, de hecho, un delito. "El aborto clandestino no volverá nunca más", sentenciaron.
Juicio popular a los "hambreadores"
Paralelamente, a pocas horas del arribo de la movilización a Plaza de Mayo, se llevó a cabo un juicio popular contra el presidente Javier Milei y tres de sus funcionarios más cercanos: Luis “Toto” Caputo, Sandra Pettovello y Patricia Bullrich. El tribunal a cielo abierto, que se instaló frente a la Pirámide de Mayo, fue encabezado por las juezas Dina Sánchez, Norma Morales y Johana Duarte, quienes leyeron las acusaciones contra los imputados por su responsabilidad en el aumento del hambre, la violencia social y la crisis de los comedores populares.
Las acusaciones contra los funcionarios fueron claras: “Incumplimiento de deberes, abandono de persona, y aumento del hambre y la violencia”, especialmente hacia las mujeres y los niños. Representantes de la UTEP, que agrupan a trabajadores de sectores populares, tomaron la palabra para describir las consecuencias del ajuste económico y las políticas de Milei. En especial, denunciaron el desfinanciamiento de programas clave como el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que dejó “716 obras paradas en barrios populares, donde la falta de acceso a servicios básicos es una tragedia diaria”.
El área sociocomunitaria denunció lo que calificaron como un “genocidio social”, acusando a los funcionarios de “saquear las ollas populares” y de “perseguir a quienes alimentan a los más necesitados” mientras en los barrios populares más del 80% de los niños sufren inseguridad alimentaria.
La denuncia se amplia al área de salud, que alertó sobre el aumento de las narcoestructuras en los barrios, lo que, según señalaron, se ha convertido al narcotráfico en una de las pocas “salidas laborales” para los jóvenes de sectores vulnerables. La jornada culminó con un juicio popular, donde las acusaciones fueron resultados por aclamación del público, quien condenó simbólicamente a los acusados.
Las penas leídas por las juezas fueron claras: "Milei tiene prohibido salir del país y debe trabajar en la erradicación del hambre; Pettovello debe restituir las partidas de alimentación y las políticas de niñez y violencia de género; Caputo debe restituir las obras en barrios populares ; Bullrich tiene que derogar las leyes represivas contra el pueblo", concluyeron, mientras el público expresaba su apoyo levantando carteles con la palabra "Condenados".
En resumen, el 25N de este año no solo fue una jornada de denuncia contra la violencia de género, sino también una contundente manifestación de repudio a las políticas que consideran deshumanizantes, en un contexto de creciente crisis social y económica.