Tensión en el Gobierno por la Demora en la Publicación del Nuevo Índice de Precios al Consumidor
El Ejecutivo de Javier Milei aplaza la presentación del renovado IPC, que refleja cambios significativos en la ponderación de servicios y tarifas, mientras crece la presión del FMI.
El Ejecutivo de Javier Milei aplaza la presentación del renovado IPC, que refleja cambios significativos en la ponderación de servicios y tarifas, mientras crece la presión del FMI y las críticas por la falta de actualización estadística.
La presentación del nuevo Índice de Precios al Consumidor (IPC), que debía hacerse en noviembre y cuya implementación estaba prevista para 2025, sigue sin ver la luz. Esta situación ha generado tensiones internas en el Gobierno Nacional y críticas externas, incluyendo reclamos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que insisten en la necesidad de actualizar las prácticas estadísticas para cumplir con los estándares internacionales.
El titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Marco Lavagna, enfrenta momentos de incomodidad debido a la demora en la publicación de la nueva metodología. Este IPC actualizado, concluido en octubre, incorpora un mayor peso de los servicios y tarifas en el cálculo, reflejando los cambios en los patrones de consumo de los hogares. Sin embargo, su implementación se ha frenado por decisión política, lo que ha despertado especulaciones y cuestionamientos sobre las razones detrás de este retraso.
Presiones y Juegos Estadísticos
Según fuentes cercanas al FMI, el organismo ha instalado al Gobierno a corregir el cálculo del IPC, argumentando que el actual no refleja la realidad del consumo. La medición vigente se basa en datos de 2016 y utiliza una encuesta de hogares del período 2004-2005, una fotografía obsoleta que no representa los gastos actuales de las familias. Por su parte, la nueva fórmula, validada técnicamente por el FMI, incorpora una clasificación actualizada del consumo individual (COICOP, por sus siglas en inglés) de 2018 y amplía la cantidad de precios relevados.
El Ejecutivo, sin embargo, postergó su aplicación para 2025, argumentando que el próximo año concluirá la mayor parte de la recomposición tarifaria. Este retraso permite que las tarifas, uno de los sectores que más ha crecido en costo, tengan un impacto menor en el IPC mientras los alimentos, cuyo suba se ha moderado, mantengan el índice más bajo de lo que sería con la nueva metodología.
Impacto en las Mediciones Económicas
El aplazamiento de la publicación no solo afecta el cálculo de la inflación, sino también otras métricas clave como el poder adquisitivo de los salarios y las líneas de pobreza e indigencia. Expertos advierten que la actualización del IPC podría mostrar una realidad económica más desfavorable. Por ejemplo, los cálculos realizados con metodologías alternativas sugieren que la caída del salario real es más profunda de lo que reflejan las cifras actuales.
Un análisis de la consultora Vectorial, basado en la Encuesta de Gastos de los Hogares de 2018, indica que los ingresos reales de los trabajadores privados registrados habrían caído un 6,9% en lugar del 1,8% que muestran los datos oficiales. Este desfase pone en evidencia la necesidad de ajustar el índice a las condiciones actuales para brindar una imagen más precisa de la economía.
Cambios en la Nueva Metodología
El nuevo IPC introducirá importantes modificaciones en la ponderación de rubros clave. Por ejemplo:
- Vivienda y servicios aumentarán su peso de 9,4% a 14,5%, reflejando el impacto de los recientes ajustes tarifarios.
- Los alimentos pasarán de 26,9% a 22,7%, debido a su menor crecimiento relativo frente a otros sectores.
- Transporte subirá de 11% a 14,3%, mientras que Salud disminuirá de 8% a 6,4%, ajustándose a las dinámicas de consumo actuales.
Además, el número de precios relevantes se incrementará de 320 mil a 500 mil, lo que ampliará la representatividad de los datos.
El futuro del IPC
Las discusiones internas en el Gobierno giran en torno a cuándo y cómo presentar el índice renovado. Algunos funcionarios consideran que la última oportunidad para su anuncio será con la publicación de la inflación de noviembre, programada para la próxima semana. Sin embargo, esta presentación requeriría una conferencia de prensa técnica, que podría abrir la puerta a preguntas incómodas sobre cómo hubiera variado la inflación del año en curso con el nuevo cálculo.
Mientras tanto, las críticas al manejo de los indicadores se acumulan. Desde sectores opositores y técnicos cuestionan el uso de cifras moldeadas para reflejar un contexto más favorable al discurso oficial. Por su parte, desde el entorno del presidente Javier Milei argumentan que no es momento de "poner en discusión el índice", destacando que la percepción de una inflación en descenso es un logro que no quieren comprometer.
La incertidumbre sobre el IPC refleja las tensiones entre la necesidad de transparencia estadística y los intereses políticos de corto plazo, un dilema que sigue marcando la gestión de las cifras en Argentina.